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Repensando el valor de la sostenibilidad

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Muchas veces el valor real de las acciones sostenibles se nos escapa. Cuando se mide el progreso o el crecimiento, las empresas, organizaciones e incluso las economías mundiales, se centran primero en aquellos bienes y servicios consumidos y producidos. Pero ¿es esto todo lo que hay detrás del progreso social y económico?

Nosotros creemos que esta es solo la cara más superficial del progreso, y que el sistema actual tiende a premiar los activos a corto plazo y subestimar aquellos, quizás más ambiguos, activos sociales y medioambentales a largo plazo que algunas métricas no llegan a alcanzar.

Hemos decidido analizar la metodología actual que aydua a medir el progreso para poder así comprender cómo las acciones sostenibles están en un segundo plano dada la falta de métricas estandarizadas.

 

La sostenibilidad no se mide en el PIB

 

El PIB (Producto Interior Bruto) lleva mucho tiempo siendo el principall indicador del progreso de un país, y todavía lo es a día de hoy. Pero incluso Simon Kuznets, el economista al que se le adjudica la invención de tal indicador, previno de que el PIB no era una medida apropiada ni punto de referencia para analizar el progreso y bienestar de la economía de un país.

Lo que constituye una señal de productividad económica no se traslada necesariamente al bienestar social y medioambiental. Tomemos por ejemplo la producción y consumo de cigarrillos, los cuales pueden llegar a inflar el PIB, pero los efectos negativos que estos tienen en la salud de las personas no llega a reflejarse en esta métrica, y por lo tanto los impactos más negativos no se reconocen y pueden ignorarse facilmente.

Las consecuencias de este enfoque son bastante relevantes; si las métricas fallan a la hora de reflejar los constes y beneficios sociales y medioambientales, eso quiere decir que las políticas, medidas e iniciativas qeu se llevan a cabo en lo que respecta a la sociedad y el planeta no se adaptan a las necesidades reales.

Es más, el fracaso a la hora de reconocer toda la ralidad que la creación de valor implica, más allá de lo monetario, significa que no tendremos una falta de información relevante sobre los efectos positivos y negativos de las actividades económicas. En este sentido, los inversores, por ejemplo, no están siendo debidamente informados sobre el potencial de una empresa para crear valor y evaluar riesgos.

 

Lo que mides repercute en lo que haces

 

La idea de que el resultado económico es el único indicador relevante ya no es acertada. Los criterios ESG, los ODS y otros indicadores similares han llegado con fuerza al mercado, priorizando cuestiones sociales y medioambientales mucho más que antes. Los cambios que de ello estan emanando son innegables, muy significativos y positivos en su mayoría.

Sin embargo, algunas de estas iniciativas aún fallan a la hora de tomar en cuenta otros factores relevantes para la sociedad y el medio ambiente, y las cuales son tan importantes como la creación de valor monetario. Se necesitan nuevos enfoques para medir el capital humano, social y cultural, por ejemplo.

Cuando no conseguimos entender los costes y beneficios del capital social y medioambiental, debido a la falta de métricas exactas y fiables, las consecuencias vienen en forma de decisiones económicas y resultados pobres para un mundo que necesita de bienestar y sostenibilidad.

Por ello, crear mejores sistemas de medida y métricas estandarizada podría darnos una visión mucho más profunda a los costes y beneficios sociales y ambientales, cambiando así nuestra manera de tomar decisiones y desarrollando una sociedad mucho más sostenible y sana.

En otras palabras, necesitamos medir el progreso de maenra más comprensiva. Las empresas y los inversores deberían reflejar principios de capital humano y ambiental en sus prácticas y en su modelo de negocio como parte de su valor. El mercado necesita una transformación de crear riqueza a crear riqueza y bienestar.

 

No podemos gestionar lo que no medimos

Entender el valor de la sostenibilidad a través del desarrollo de mejores medidas es solo el principio; gestionar todo aquello que nos encontremos es el siguiente paso, pero eso llevará tiempo para mejorar e integrar todo ello de manera estandarizada.

El compromiso y la cooperación de todas las partes del mundo económico es esencial, desde empresas hasta inversores, as instituciones y los gobiernos, necesitamos más esfuerzos dirigidos a encontrar nuevas maneras de seguimiento y medida de impacto de la sostenibilidad y el bienestar social para poder entender y después evaluar las políticas, sanciones o iniciativas necesarias.

En DoGood creemos que no se puede gestionar aquello que no se mide, y etamos convecidos de la necesidad de entender y gestionar la sostenibilidad dentro de la organiación para el correcto y eficiente funcionamiento de los negocios. Nosotros solos no podemos conseguir los cambios necesarios, por eso trabajamos en base a la colaboración, la transparencia y la confianza para poder dar visibilidad a las acciones sostenibles.

En este sentido, es esencial para nuestro trabajo promover el buen gobierno corporativoesto es, seguir con rigor todos los procesos de divulgación y transparencia para proveer a reguladores, accionistas y al público en general de la información más precisa acerca de los aspectos financieros, operacionales y de otros aspectos de la compañía, incluyendo una definición más exacta del rendimiento ESG.

Hemos desarrollado una herramienta de gobierno corporativo que ayuda a establecer cuotas de impacto de ESG para los empleados en lo que se refiere a la estrategia de sostenibilidad de la empresa. Mediante nuestra tecnología SaaS somos capaces de activar y trazar el impacto de los empleados, fomentando la involucración que después trasladamos a mejores métricas ESG, valor reputacional y un impacto positivo en el planeta y la sociedad.

Si te interesa saber más sobre cómo hacemos esto posible de una forma social y de impacto, haz clic aquí.