En los últimos años, alinear la sostenibilidad, el cumplimiento normativo y la gestión de riesgos se ha convertido en un movimiento estratégico clave para mejorar el desempeño ESG; he aquí por qué.
Parece cada vez más descabellado separar la estrategia sostenible de una organización determinada de las iniciativas de cumplimiento normativo y gestión de riesgos.
La idea de ser tratadas como tres disciplinas separadas está empezando a desvanecerse y a quedar obsoleta. A medida que aumentan las preocupaciones sobre los elementos ambientales, sociales y de gobernanza, una alineación más estrecha podría ser la respuesta para un mejor desempeño ESG.
Sostenibilidad, cumplimiento normativo y gestión de riesgos
Tradicionalmente, las empresas han tratado estos tres elementos como disciplinas separadas, siendo la sostenibilidad la última adhesión a la combinación de responsabilidades que tienen las empresas.
Por un lado, la gestión de riesgos se ocupa de la predicción y mitigación de posibles riesgos de la empresa, mientras que el cumplimiento se centra en aspectos legales como las reglas y regulaciones nuevas o futuras que deben implementarse.
Pero, por otro lado, la sostenibilidad incluye inevitablemente en su propia naturaleza elementos de cumplimiento y gestión de riesgos, ya que se centra en el bienestar de la empresa a largo plazo, especialmente en lo que respecta al medio ambiente y la sociedad.
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La única forma factible de gestionar correcta y eficazmente estos tres elementos y descubrir un mejor desempeño y calificación ESG es reconociendo que están entrelazados.
Sin embargo, y aunque es necesaria una mayor alineación entre sostenibilidad, cumplimiento y gestión de riesgos, todavía existen atributos únicos que se aplican a cada uno de ellos y que hacen que la consolidación total sea peligrosa, ya que podrían terminar superponiendo prioridades.
La necesidad de una alineación efectiva
La estrategia sostenible de cualquier organización depende más que nunca de la gestión de riesgos y el cumplimiento normativo. Las vagas afirmaciones de sostenibilidad ya no son una opción; en cambio, el único camino a seguir es contar con marcos regulatorios sólidos y estrategias sociales y ambientales a largo plazo.
Este creciente interés en la alineación de la sostenibilidad, el cumplimiento y la gestión de riesgos surge como resultado de la necesidad estratégica de la supervivencia a largo plazo de las empresas junto con el bienestar de los grupos de interés, la sociedad, el planeta e incluso la economía.
Además, parece que a medida que las empresas empiezan a centrarse más en la sostenibilidad y su desempeño ESG, estos tres elementos manifiestan naturalmente una mayor convergencia.
Una estrategia de sostenibilidad corporativa más sólida conlleva más oportunidades para el cumplimiento normativo y la gestión de riesgos, ampliando así su enfoque y alcance, y al mismo tiempo, ayuda a abordar importantes cuestiones de sostenibilidad.
Los beneficios de la alineación para la sostenibilidad corporativa
La sostenibilidad corporativa puede verse enormemente beneficiada por la alineación de estos tres elementos; sin embargo, también es seguro decir que al incorporar la experiencia y los procesos de cada área en una estrategia de colaboración, todos ganan.
Es decir, el área de gestión de riesgos puede, por ejemplo, ser una guía sobre los costes de la inacción, pero los mecanismos de cumplimiento normativo pueden ayudar a comprender cómo evitar los riesgos no puede ser la única estrategia, sino que es necesario implementar acciones y un seguimiento de las mismas.
Estas ideas, junto con una estrategia de sostenibilidad corporativa, pueden dar como resultado un análisis de materialidad de múltiples partes interesadas que fomente la acción y la reducción de riesgos tanto en beneficio del medio ambiente como de la sociedad y el fortalecimiento de la estrategia de sostenibilidad corporativa.
Lo más probable es que las cuestiones ESG sigan creciendo, lo que obligará a las empresas a mirar constantemente hacia el futuro. Es la estrecha colaboración de estas tres áreas lo que puede facilitar y acelerar dicho proceso, logrando mejores calificaciones, oportunidades de inversión y reputación.
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